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........MESES ATRÁS........

La relación con el chico, que creía el hombre de sus sueños iba en el mejor momento. Pero… Él comenzó a pedirle una cita a solas en su apartamento, Sofía detestaba eso, por razones ajenas a su sentir, es por esto que su amado explotaba en furia al escuchar un “¡No!” por respuesta.

En una de sus citas, en la cafetería de la universidad, mientras ella le explicaba un trabajo, él le tocó el tema y de nuevo le insistió, Sofía, lo miro a los ojos y serena pero airadamente respondió:

- Para mí una cita en tu Apartamento es acceder, de una forma muy indirecta, a acostarme contigo, y discúlpame pero yo no voy a tener relaciones con vos porque aun no me nace. ¡Bueno! Se cuando iniciar una vida sexual responsable y aun no estoy preparada. ¿Sera que me puedes entender?-

Él guardo silencio y después de unos cuantos segundos se levanto de la mesa, miro alrededor y volviéndose a Sofía, de una forma grotesca y arbitraria dijo:

- ¿Sabes qué? Eres una niña presumida, hija de “papi y mami” que se siente dueña y señora de todas las cosas. Y si crees que no te doy estabilidad emocional, porque la “virgencita” se siente azorada; ¿Para qué sigues conmigo? Adelante vete! Las puertas están abiertas.-

El silencio invadió aquel recinto.

Asombro y achante se observo en los ojos de la joven, su mirada se fijo alrededor, el susurro de los demás, compañeros, profesores y trabajadores fue evidente. Sofía solo agacho su cara y con una triste y decepcionante fijación visual en su, hasta ese momento, novio dijo:

- ¡Lo siento por ti!-

Ella salió de aquel lugar lo más rápido que sus pasos dieron… Y él, confundido, entre cortado solo pronunció:

- Sofía, Espera…- mientras trataba de buscar la mano de su amada-

Solo pudo ver como imprudentemente y sin justa razón la había “embarrado” (estropear); él joven sintió que el mundo se le venía encima, la popularidad de Sofía y así mismo su reputación era intachable a nivel general de la universidad por lo cual sabía que esas palabras le iban a salir caras (de caro).

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Parte II

Después de una larga tarde en el Puerto Principal de la ciudad, donde Sofía meditó acerca de su vida, ella llego a casa. Tac, tac, tac, llamo al portón sin pronunciarse por la bocina para anunciarse, como era de costumbre, desde que no llevará su carro, saludando desde allí hasta el “perro de la casa”; se acerco Teresa, la ama de llaves a abrirle, cuando se sorprendió al ver el rostro de su pupila sollozo sin conocer causa alguna, entonces angustiada pregunto el porqué de esa situación, pero lo que encontró como respuesta fue un llanto de lagrimas los cuales se dieron hasta su alcoba , donde allí se encerró sin responder a ninguno de los llamados que le hacían sus empleados, quienes angustiados se preocuparon por su estado de ánimo.

Ya era tarde de la Noche y Teresa no sabía qué hacer si llamar a sus patrones, pues ambos estaban fuera de la ciudad o sencillamente esperar al día siguiente. Así que opto por la segunda opcion puesto que no quería hacer que sus jefes pasaran un mal rato por algo que quizás no tendría importancia, pero que de una u otra manera le concernía.

Sofía, era una chica muy atenta, buena amiga, buena “onda”, la cual servía a los demás con agrado desde que estuviera a su alcance. Su distinción en su personalidad era un modo de ser muy extrovertida, por lo que su madre mucha de las veces le daba “lora” por su actuar, y a eso se complementaba el ser “confianzuda” por lo que también muchos de los hombres malinterpretaban, proponiéndole cosas indecentes, cosas de las cuales Sofía repudiaba, pues ante todo siempre estaba su integridad física, mental, emocional y espiritual.

Al día siguiente Sofía se levanto temprano, preparó su desayuno porque tenía una entrevista de trabajo, se vistió con ropa clásica, su bolso como fiel compañero de todas las mujeres no lo dejo atrás. Iba saliendo de su casa cuando una voz irrumpió en sus oídos.

- Sofía, espera échame un “aventón” hasta la Avenida-

Sus padres eran dos exitosos personajes, reconocidos a nivel social como una familia digna de admirar, su estrato no los hacían volubles al orgullo, por el contrario la humildad era una característica y cualidad de la familia “Castaño Abril”.

La señora Adriana Abril, era una mujer de 40 años de edad, su estatura 1.68 cm, con una postura un poco robusta pero elegante, con sus venturosas y deseables curvas femeninas como característica de las doncellas, ojos color negro y una cara preciosa, bien definida, con labios muy llamativos los cuales seducían a cualquiera a un deseoso beso, su piel trigueña la hacía perfecta para ser que muchos la apetecieran a su lado. Se dedicaba al más hermoso de los artes, era escritora, su especialidad novelista, además de eso practicaba y también le apasionaba mucho la poesía. Era una de las más importantes novelistas a nivel nacional.

Por su parte el Señor “Max Castaño” era un controvertido profesor de Abogacía en una de las más importantes universidades de la Región, de una edad juvenil, según él, 44 años, un hombre alto, 1.80 cm, cuerpo atlético, con una mirada que pareciera que hablara a través de ella, era estricto y rígido en sus clases, pero daba la confianza para que ninguno quedará con duda o incógnita alguna.

Sofía tenía una edad bastante codiciosa y envidiable, 23 años, era Psicóloga y abogada, dos profesiones para ser bastante joven, por lo cual pocos creían a su alcance. Sofía había salido de de la educación básica de 15 años, puesto que sus padres siempre se empeñaron en inculcarle el amor al estudio, siendo un futuro seguro que garantizaría el avance y cumplimiento en sus diferentes propósitos. Después de salir del “colegio” comenzó sus estudios superiores, impresionando a profesores y compañeros, por su amplia capacidad intelectual a su corta edad, siempre forjando sus propias ideas, con razón y justificación, dejaba al mas “pillo” con la boca cerrada, se destacó en cada evento que hacia su facultad en pro del beneficio ciudadano, comunitario y universitario. Comenzó Abogacía primero y a la mitad de esta carrera quiso retarse a sí misma, proponiéndose estudiar psicología a distancia, era bastante duro, pero era un reto, un reto del cual no se iba a dejar vencer, sus padres accedieron pero con muchos reproches, en fin, lo que importaba era que su única hija, Sofía, fuera feliz…

Parte I

En la tarde de un día radiante, Caminaba ligeramente por el puerto principal una hermosa mujer, belleza incomparable, que quienes la miraban le seguían con la vista hasta perderla en la masa de la gente, su nombre “SOFÍA”. Sofía, mujer delgada, alta de 1.72 cm, con cuerpo de una ninfa, alguna ninfa griega, cuya hermosura traspasaba los límites de la deidad, sus curvas impresionaban a cualquiera, hombre o mujer, perfecta cintura que pareciera que un pintor se hubiese esmerado en hacer tan delicada obra de arte, su cabello hasta la cintura daba fe de lo femenina que era, sus ojos cafés claros impactaban con una penetrante y coqueta mirada. Su piel dócil, suave y deseable hacia que atrajera a aquel que rozara con ella solo una pequeña fracción de cutis. Algo que también impresionaba a quien por casualidad cruzaba su vista con aquella dama era su vestir, simplemente enternecía y daba que decir imponiendo su propia moda, dejándose llevar por sus gustos y su “sentirse bien”, faldas, shorts, pantalones, licras, etc. Hacían parte de su closet; botas, zuecos, saldalías altas o bajas, cerradas, con correas eran el complemento para su estilo de vida.
Así era Sofía, una mujer que no podía pasar desapercibida por la multitud.

Presentacion...

Villavicencio, ciudad bonita, donde el esplendor del llano y su naturaleza reinan, allí en el “pie de monte llanero”, donde nacen grandes amaneceres, que impresionan a cualquier turista o residente, allí donde a lo largo del día se detallan paisajes privilegiados creados solo por el Todo Poderoso, allí donde los atardeceres hablan a parejas enamoradas, allí es donde la naturaleza y su entorno nos impregna de su magia.

Es allí donde se desarrollara nuestra historia..."Sofia"